La creciente preocupación de la sociedad por la salud pública está derivando en una mayor sensibilización y rechazo al control de plagas mediado por insecticidas. Como consecuencia de ello, métodos alternativos como el control biológico (es decir, el control de plagas mediado por depredadores naturales) están siendo cada vez más reclamados por la sociedad en general. Cuando estos servicios son llevados a cabo por especies singulares o protegidas, tales métodos alternativos poseen además el incentivo de favorecer las poblaciones naturales de los depredadores, constituyendo una importante y valiosa estrategia de conservación de la biodiversidad. Además, un mayor conocimiento de las especies autóctonas así como de su importancia ecológica por parte de la ciudadanía supone una herramienta esencial de concienciación y sensibilización ambiental.

Todo el mundo conoce el papel fundamental que aves como golondrinas, vencejos y aviones ejercen como “insecticidas” naturales sobre las poblaciones de insectos, no obstante no son los únicos. Los murciélagos son un grupo de mamíferos voladores representados en la península Ibérica por 31 especies, todas ellas protegidas, y algunas en peligro o vulnerables. Los presentes en Andalucía poseen una dieta basada casi exclusivamente en el consumo de invertebrados, siendo su consumo sorprendentemente elevado, llegando a superar incluso el de las aves, convirtiéndolos en un importante agente controlador de plagas, como mosquitos y procesionaria del pino. (Fuente: ecologistasenaccion.org)

Por todo ello, dentro del proyecto 7 lunares se incluye la instalación de doce cajas-refugio de murciélagos, cuidadosamente ubicadas en emplazamientos elevados. Para ello, hemos contado con la inestimable colaboración de Antonio Moret, técnico en Gestión Forestal y del Medio Natural, y con Francisco Cárdenas de Biloba Poda en altura (http://podadealturamalaga.es/)